El cooperativista informa
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*Carlos Quiroz Fernandez de Córdova.

Nuestra vivencia entre los años 1960-1970, en el lugar y en el tiempo en que nace la primera cooperativa con los caracteres esenciales de una entidad auténtica de este rubro, fue cuando el país atravesaba por tres situaciones marcadamente graves.

 

La primera referida a la proliferación de la usura en los préstamos particulares con tasas de interés de hasta 10% mensual, con las que, al cabo de un año, se duplicaban y más las deudas de los prestatarios, que al no poder pagarlas eran víctimas de ejecuciones judiciales con las consiguientes publicaciones de avisos de remates de sus bienes, quedando así muchos de ellos en la indigencia.

La segunda era la escasez de fuentes de trabajo que aún al presente continúa manifestándose por falta de una seria política de Estado que permita la conversión de nuestras materias primas en productos manufacturados, con la consiguiente apertura de fuentes de trabajo.

La tercera situación por la que atravesaba Bolivia era la carencia de ese importante material de construcción que es el cemento que para conseguir una sola bolsa había que madrugar a las cuatro de la mañana.

Ante ese panorama, la gente en su desesperación empezó a acudir a las Parroquias e busca de ayuda para satisfacer sus necesidades. Es así que la de Santa Ana de Calacala fue la primera en hacerse eco del problema y organizó la primera cooperativa que lleva su nombre, reduciendo las tasas de interés sobre los préstamos a solo el interés del uno por ciento mensual. Esta iniciativa fue seguida por otras parroquias como las de San Antonio, Hospicio, San Pedro, Cristo Rey, San Joaquín y otras dentro y fuera del Departamento.

Pero el impulso no quedó ahí, sino que también conociendo la innata habilidad de las mujeres de nuestro pueblo, se organizó la Cooperativa FOTRAMA, la que llegó a producir, y sigue haciéndolo, prendas de vestir de alta calidad que eran y son exportadas a los Estados Unidos y otras naciones.

Aún más, frente a la escasez de cemento, a iniciativa de las cooperativas de ahorro y crédito, se organiza la Cooperativa Boliviana de Cemento (COBOCE) bajo el lema de “Una Industria en Manos del Pueblo”, constituyéndose así en un formidable factor del progreso urbanístico de Cochabamba y del país.

No podemos dejar de mencionar tampoco que Santa Cruz fue el Departamento que también asimiló las virtudes de nuestro movimiento, al haber cooperativizado casi todas, por no decir todas, las áreas de su actividad llámense éstas: Productivas, de trasportes, de servicios y otras, con las que alcanzó su actual nivel de progreso.

Siendo estos logros y otros más que fueron poniendo en evidencia la capacidad organizativa de nuestra causa, dignificada por el propio esfuerzo de los bolivianos, que nos ya están permitiendo avizorar las perspectivas ciertas que tiene el Cooperativismo para sacarnos del sub-desarrollo en el que nos encontramos sumidos.

Pero más allá de todo ello, la valoración de la persona humana que conlleva la doctrina y  la filosofía en que se asienta, independientemente de toda discriminación social o económica, la íntima convicción de lo que se puede alcanzar con la unión, como los altos ideales de solidaridad que persigue, fueron los motivos que nos inspiraron para plasmar en la letra del Himno Cooperativista, el anhelo de contribuir a forjar, a breve plazo, una Patria Unida, Digna y Justa.

               Cochabamba, Octubre de 2014

*Carlos Quiroz Fernández de Córdova. (Autor de la letra del Himno al Cooperativismo)

 

 

 

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